¿Más? ¿Menos? ¿Igual...?


¿Quién sabe si mañana será más o menos mejor, peor o igual?
¿Quién sabe si el que hoy está sano mañana lo estará..., o al contrario?
Respuesta fácil: nadie.
Y así, con filosofía barata pero no por eso menos cierta, empiezo a escribir tras más tiempo del que me hubiera gustado...


En la oscuridad, en contra de lo que siempre le habían inculcado, se sentía segura, en calma; todo se transformaba en la paz, creía estar en una balsa de agua en la que nada puede ser agitado, perturbado o malgastado. El equilibrio podía palparse por todo su cuerpo, por cada una de las células y neuronas que en otras situaciones o circunstancias no podían ir en consonancia. Esa armonía que durante otros momentos del día no estaba presente tanto como desearía —o incluso no tenía por qué no merecerlo—, por la noche colmaba el ambiente, la habitación y a ella. 
Paz nocturna, lo denominaban algunos.
Apenas duraba unos segundos, pero no tenía duda de que eran los mejores de las siguientes 24h; calma, paz, estabilidad y ausencia de dolor. 
« ¿Tanto era pedir que se pudieran mantener más tiempo? ¿Acaso no era la salud diaria que tenían tantos otros sin ser conscientes de lo afortunados que eran?»
Se dio la vuelta e intentó alejar esos pensamientos; no la llevarían por el camino más apropiado para intentar que esos segundos pudieran prolongarse en el tiempo, aunque fueran centésimas. Inspiró todo el aire que pudo y comenzó a respirar cómo le habían enseñado cuando sentía cómo se avecinaba por el horizonte su nueva mejor amiga —por estar más presente que ausente, no por sintonía entre ellas—: la ansiedad, preocupación e incluso la inseguridad más profunda e intensa.
« 1...2...3...4..., no respiro  1...2...3...4..., exhalo 1...2...3...4...5...6...7...8... Otra vez...».

Tras unas cuantas repeticiones se sentó al borde de la cama y ahí estaban, dándole los buenos días. Dolores aquí y allá, hormigas donde nunca debería haberlas —y no hablo entre las sábanas— y ceño fruncido. 
« Vamos a ver si esto va a más o seguimos igual...». Hablar con ella misma la tranquilizaba, si bien en muchos casos la hundían más en el pozo sin salida del que en más de una ocasión se había encontrado. 
Todo parecía haber vuelto a la normalidad, vida laboral, actividad física, cambios positivos en su vida..., pero parecía que su infatigable otra amiga parecía ver la batalla perdida y estaba intentando tomar los mandos de nuevo. 
A su alrededor todo era positivo: nueva decoración, una nueva persona en su vida que le había hecho cambiar parte de los planteamientos más anclados en su manera de ver la vida, su pareja sin dejar de propinar apoyo pasara lo que pasara y unas vacaciones por delante. ¿Entonces... qué ocurría? ¿Era su mente quién dominaba todos los aspectos del día a día, físicos y anímicos? Sin duda, la respuesta volvía a ser fácil: nadie más que ella.
Preparó el desayuno que pareció revitalizarle —ni que fuera la actividad más agotadora que pudiera hacer— y tras encender la televisión y sintonizar su canal favorito, se tumbó e intentó manejar los pensamientos que recorrían su cabeza y procuraba obviar.
Pasado un rato se vistió; siempre con el reloj en mente de cara a ir al trabajo.
Volvió al salón y se vio hundida en el sofá llorando; no podía, sabía que había llegado el momento de reconocerlo y presionar el stop. Desconocía si era ella, su amiga o su múltiple... solo tenía claro que era una «mierdosis».
Cogió el teléfono y llamó a su compañera de trabajo, intentó cerrar las compuertas, no lloraría,, no abriría el grifo. Al colgar fue imposible; lloró y lloró entre los brazos de su pareja que por suerte esa mañana se encontraba con ella.
Tras la burocracia médica acompañada de la mano de ese pilar que siempre se  mantenía firme, de nuevo en el sofá. Miró el reloj comprado en tiempos mejores y cómo marcaba la hora en la que debía estar con sus compañeros en otro día laboral y no ahí, frente a la televisión sintiéndose más enferma que de costumbre...


¿Qué más da si la em está más activa, menos o igual? 
¿Qué más da si no deja de ser una mierdosis?
No podemos hablar solo de la lucha en los buenos momentos o incluso cuando nos tropezamos y nos ponemos en pie, nuestra mayor lucha está en la caída, en el suelo, mordiendo el polvo, viendo el sol más lejos que de costumbre.
Positividad siempre porque como dice mi foto de cabecera: « Don't lose hope. You never know what tomorrow will bring», porque ¿quién lo sabe? Para sentirse arriba también hay que haber vivido estar abajo y esa positividad que siempre debe ir a nuestro lado, nada puede apagarla.
 

14 comentarios:

  1. Ay niña, que poco me gusta leerte así :(
    Pero es verdad, para apreciar los días buenos y cuando uno se siente bien hay que haber caído y haberse sentido mal.
    Y no tardes tanto en escribir la próxima vez, ¿vale?.
    Un abrazo grande, Cleo

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  2. Supongo que estos cambios de tiempo, la carga de trabajo, tanta prueba y consulta junta sin poder parar... hacen que me sienta así...¡¡y que solo sea eso!!
    Mil gracias, princesa

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  3. En nada mejoraras! Sabes cómo es el verano y como nos afecta. Aquí en Canarias aún queda hst final de noviembre y después llega un poco de más frío. Se salta el otoño. Y no sé qué es peor. Tampoco estoy en mis mejores momentos. Dichosa fatiga pero nunca la había vivido así. Seguro que menos me lo imagine desaparecerá o estará como siempre.
    Animo!😘😘😘😘

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    1. Gracias, princesa, es lo que intento no dejar de pensar pero eso de acumular bajas me mata y tú mejor que nadie sabes lo que supone; es lo que más nerviosa me pone.
      Pero sí, somos más fuertes que todo eso ;)

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    2. Sí. Yo tb estoy aguantando pero creo q al final la cogeré. Porque cada día estoy con más fatiga y se me hace insoportable
      Muchos besos y kilos de paciencia 😘😘😘😘

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    3. Al final siempre debemos pensar en nosotras rrabajando con la em. En mi caso se me suele olvidar y pienso contra ella; mala decisión.

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  4. Da gusto leerte��
    No me gusta que andes pachucha��

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    1. Gracias, supongo que es nuestro día a día y es la suerte del lado en que caiga la moneda cada mañana; somos fuertes, podemos con esto y mucho más. Solo quiero hacer ver que no toda lucha lleva sonrisa y bonitos tuits, las malas hay que hacerlas visibles también.

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  5. Pleno al 15!
    Muy identificado me siento con tus palabras👍
    Da gusto leerte💎
    Mejórate campeona💪💪💪

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  6. Desde luego tengo ayuda para ello ;)
    Graciaaaaaaaaaaaaaaaas.

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  7. Levantarse con esta losa encima es muy desagradable. Todo el día por delante....que cruz. Quizás seguir las metas de horas te puede resultar más llevadero, es una táctica que siguen por ejemplo los miembros de los Alcohólicos Anónimos, una hora y luego otra meta, otra hora. Es imposible deshacerse de los síntomas pero es más sencillo hacerles un corte de mangas de una hora que no todo un día.

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  8. Desde luego estoy de acuerdo, y me parece buena técnica, pero hacer eso mientras lidio con mis pacientes igual es demasiado trabajo anímico, no lo sé; mil gracias, te contaré que tal va yengo ;)

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  9. Angie, princesa, como bien dice nuestra querida amiga Cleo, "para apreciar los días buenos y cuando uno se siente bien, hay que haber caído y haberse sentido mal." pero lo que nunca nunca NUNCAAAA debes de dejar de lado, es el pensamiento positivo y que siempre va a haber un mañana y un "quizás".... :
    -Quizás mañana me encuentre mejor
    -Quizás mañana esté peor pero algo o alguien me dará una buena noticia o una sorpresa y me sentiré mejor
    -Quizás si hablo con mis amigas o mi chico, me animen el día a pesar de mis dolores
    -Quizás, quizás, quizás!
    Pero siempre hay que levantarse y seguir dando la lucha!!!
    Mucho ánimo querida, porque seguro que pronto, te encuentras mejor ��
    Un besazo enorme wapísima!

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  10. Gracias, princesa
    Siento vuestro aliento; solo será una mala racha 😊

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